Universitaria demuestra que no hay obstáculos para lograr sus sueños.
Ponce. Cuando se tiene el deseo, la confianza y la firmeza en querer lograr un sueño o una meta los obstáculos que se presentan en la vida se hacen pequeños.
Así ve la vida la joven Grace Marie Caro Vargas, inquilina en el caserío José Tormos Diego y quien ha demostrado que el estigma de los complejos públicos se pueden romper cuando su gente hace la diferencia.
La veinteañera fue galardonada recientemente junto a 245 jóvenes de 19 caseríos en los actos de juramentación de las Juntas Asesoras Juveniles de los Centros Sor Isolina Ferré (CSIF).
Ella forma parte del programa Faro de Esperanza desde el 2012, entidad que le ha ayudado a desarrollarse como estudiante y ciudadana.
Para esta alumna de empresarismo turístico y francés, en la Pontificia Universidad Católica, las barreras o escollos que surgen son parte de la vida.
Sin embargo, asegura que para hacer realidad una meta solo se necesita el tesón y la entrega para cumplirla.
“Muchos dicen que la gente de los residenciales está perdida, yo les digo que no es así porque hay mucha gente con deseos de superarse”, comentó Grace, quien en un junio se graduará de bachillerato con un promedio de 3.96.
A sus 23 años, esta emprendedora y luchadora mujer ha participado en internados en Walt Disney World y ha estado en Washington DC, en viajes estudiantiles.
Además de dividir su tiempo entre sus estudios universitarios y su trabajo a tiempo parcial en un restaurante de comida rápida, también saca un ratito para dedicarlo a su otra pasión: tocar el violín.
No tan solo eso, como parte de sus metas por alcanzar, Grace Marie viajará el próximo mes de julio a París, donde participará en un internado internacional en la Universidad de la Soborna, donde tomará un curso para seguir perfeccionando el idioma francés.
“Será una experiencia enriquecedora… los boricuas estamos en todos lados”, expresó entre risas la simpática joven.
Esta costeó en su totalidad el viaje a Europa, gracias a que estuvo ahorrando por dos años el dinerito que ganó en su internado y en su trabajo.
Entre los planes futuros de Grace están poder ofrecer clases de francés, trabajar en un aeropuerto o en Disney y estudiar gerencia de aviación.
“Mi padres me apoyan en todo lo que hago y me han enseñado a superarme a pesar de las situaciones que tengamos en la vida”, indicó Caro Vargas.
“Dios tiene un propósito en la vida de todos y cuando lo tenemos en el corazón podemos contra todo”, insistió la universitaria.
Igualmente, agradeció a todas las personas que de una manera u otra la han ayudado, tanto en la universidad, como en el programa Faro de Esperanza, su familia, amigos y sus vecinos del caserío.
“Podremos estar rodeados de gente negativa, pero podemos dar el ejemplo a los demás de que somos buenos ciudadanos”, agregó la joven mientras sonreía.
