Ante las altas especulaciones de una segunda degradación del crédito de Puerto Rico, economistas coincidieron que plantearía un cuadro más grave para la economía lo que provocaría un mayor éxodo familiar, más alzas en impuestos y en desempleo.
Sin embargo igualmente entienden que una segunda degradación en estos momentos, a cuatro meses de la primera degradación sería un acto de injusticia ya que no le concede al gobierno de Puerto Rico el tiempo suficiente para que pueda ver algún resultado de las medidas tomadas, sino que siguen ajorando al gobierno con expresiones negativas y degradando la banca.
El economista Luis Benítez sostuvo que el ambiente para una segunda degradación está pautado desde el primer momento, cuyo efecto inicial sería el encarecimiento de tomar prestado y la urgencia de buscar más dinero para el pago de la deuda. “Se trata de un problema adicional sobre el presupuesto y por ende sobre el fondo general. La economía tiene que crecer más allá de reducir el gasto o despedir empleados públicos”, expresó.
Para Benítez la opción de solicitar pagos adelantados a contribuyentes corporativos podría ser una alternativa a corto plazo para generar flujo de efectivo, pero aclaró que es un ingreso que responde a un periodo posterior, que entiende más adelante hará falta. Cuando se pide pago de contribuciones en adelantos generalmente se concede un descuento a las corporaciones.
De igual manera, Benítez sostuvo es injusto que las casas acreditadoras vengan a cuatro meses de la anterior degradación a bajar otro escalafón sin ver los resultados de las medidas gubernamentales establecidas y no darle espacio a la economía para crecer. “Ninguna economía crece en cuatro meses, esperar eso sería injusto”, sostuvo.
En este particular coincidió el economista Santos Negrón, quien entiende una segunda degradación ahora sería “un acto de sadismo” por parte de las agencias crediticias contra un país que intenta salir de una contracción larga y profunda. “Este panorama realmente nos condena perpetuamente al retroceso y el estancamiento. Hay que darle tiempo al gobierno para ver las posibilidades reales de la Isla ante las nuevas medidas implantadas”, indicó.
Negrón aseguró que la posibilidad de una segunda degradación se puede disipar si el gobierno logra cuadrar sus finanzas y ubicarse en posición de ir a los mercados para la construcción de infraestructura y no pago de deuda. Con ello entiende se genera un efecto multiplicador que incide en la movilización de la empresa privada y de la banca. De concretarse la degradación sostuvo que obliga a pagar intereses más altos, lo que cerraría las posibilidades del país para regresar al mercado.
Con este particular no coincide el economista Pedro Silva, quien sostuvo que la posibilidad del cierre de los mercados para la Isla no es real ya que la estructura administrativa del gobierno es un ente que percibe ingresos los 365 días al año. Agregó que el país tiene muchas alternativas para generar ingresos que no están contemplando y que tienen que comenzar a hacerlo para lograr repuntar la economía. Entre ellos mencionó el Puerto Las Américas, desarrollo de pequeños comercios y el repunte de la agricultura, entre otros.
Para el economista Argeo Quiñones los elementos para una segunda degradación están visibles, producto de la continuidad de la fórmula de la medicina amarga, la cual sostuvo no ha redundado en beneficio para el país, y por el contrario ha sido tóxica. Mencionó que ha conducido a la Isla a la situación que atraviesa, muy cerca del impago.
No obstante, el economista Vicente Feliciano se mostró optimista y comentó que otra degradación de las obligaciones generales del país tiene un impacto marginal, ya que desde la degradación en febrero el evento crediticio más importante fue la emisión de $3,500 millones, cuyo efecto en la clasificación fue positivo.
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